En mis cabales
DIARIO DE SEVILLA. “Los abanicos de la cordura, los braceos del porvenir”
En mis cabales es una propuesta sincera y emotiva que logra, sin duda alguna, lo que se propone: celebrar la danza como espacio de integración de las personas con discapacidad. Pero también celebra el baile por el baile. Se bailó con viveza y alegría todos y cada uno de los palos. Además, la compañía de José Galán nos recordó que hace ya bastante que el arte tiene que volver a rendirle cuentas a lo que pasa a su alrededor, casi por definición. No es fácil dar con una propuesta de danza integrada que integre, y esta lo consigue.
CORREO DE ANDALUCÍA. “El flamenco bien hecho no entiende de limitaciones”
Lo mejor que se puede decir de lo último de José Galán y su compañía es que es un estupendo espectáculo flamenco. Que además venga alentado por un serio proyecto de integración es, evidentemente, un plus, pero no el sostén de la propuesta. Con el pretexto de rendir tributo a tantos y tantos flamencos que a lo largo de la historia se asieron al arte para vencer sus barreras físicas o psíquicas, En mis cabales contiene un montón de momentos hermosos que sumaron no pocos motivos para aplaudir con ganas y preguntarse: ¿Discapacidad? ¿Qué discapacidad?
REVISTA LA FLAMENCA. “La verdad del arte”
José Galán decidió aunar la pedagogía con el baile flamenco. El resultado es este hermoso trabajo que rezuma verdad por sus cuatro costados. El espectáculo comienza con una escena que supone una declaración de intenciones: un texto sobre arte y discapacidad escrito por José Galán y narrado en off por Jesús Quintero mientras es traducido al lenguaje de signos por Jesús Molina. Cabe destacar la sencillez de la escenografía, las acertadas transiciones y la luminosidad y elegancia del vestuario, así como el magnífico trabajo de investigación musical y dancística que se vuelca en las figuras homenajeadas.
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El flamenco es, desde siempre, un arte integrado. La historia del género está salpicada de ejemplares artistas para los que su discapacidad no fue una traba. Y es el leit motiv de José Galán, un joven bailaor que, en colaboración con el ejemplar proyecto sevillano Danza Mobile y apoyado por su propia tesis doctoral, ha creado 'En mis cabales'. La consigna del espectáculo es “respira, ama y siente”. No hay prejuicio ni condescendencia, sino un serio trabajo en el que artistas con o sin discapacidad -qué importa- se expresan. Y lo hacen con un lenguaje que, ya mire hacia el contemporáneo, ya mire hacia el flamenco, se entiende como libertad. Propuesta sincera y comprometida, que ni pide perdón ni se pone excusas. Y consiguen lo que muchos no consiguen: emocionar.
FLAMENCOMANÍA. “Flamenco sin complejos”
José Galán nos hace cuestionarnos muchos estereotipos que encorsetan nuestra mirada, llevándonos por los caminos de los palos del flamenco donde Manuel Molina puso la guinda a este espectáculos donde los complejos es a lo único que no le está permitida la entrada. LA FLAMENCA. “De las capacidades del alma” Apreciamos la complementariedad entre sus líneas de trabajo y como el convencimiento y la honestidad con la que José Galán afronta los retos son los mismos en ambos terrenos. Hay que creer firmemente en lo que se predica y contar con una sensibilidad especial para embarcarse en un proyecto de este calado. El sevillano ha sido valiente y decidido y eso se aprecia en el escenario. Ha creído en la capacidad de transmitir y conmover del ser humano por encima de barreras de cualquier tipo y la ecuación no ha fallado. Él y su compañía lograron emocionarnos, nos llenaron de ternura, nos hicieron reflexionar e incluso nos arrancaron alguna sonrisa con un espectáculo que marcará un hito en esto que ha venido a llamarse “flamenco integrado”.
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El concepto que es el motor que mueve esta obra, y todo el trabajo del bailaor José Galán, es que la minusvalía no impide la interpretación del arte o el fluir de las emociones. Y seguramente es así. El desafío entonces, es dejar aquella visión cuajada en un escenario de forma que una obra con intérpretes minusválidos se defienda eficazmente frente a cualquier otra. Es un proyecto que pide y exige ser aceptado en estos términos. Aparte del enorme reto de montar un espectáculo de esta naturaleza, la dirección de Juan Carlos Lérida es novedosa y creativa, la imaginación de Galán parece no tener límites y el resultado final es tan emotivo y entretenido, que ni la intervención de Manuel Molina como artista invitado puede restar protagonismo a los demás componentes.
DIARIO DE SEVILLA. “Ser, más que hacer”.
En el pasado lo importante era la energía, la mera presencia escénica. No tanto hacer como ser. Por eso este espectáculo sobre la discapacidad, siendo, por otra parte, de una enorme complejidad técnica, aporta una mirada diferente. Que la danza se inventó para reír, para gozar, para ser feliz, puede ser un descubrimiento para muchos bailaores de hoy. En esta obra hay mucha risa, mucha complicidad, mucho contacto, físico y emocional, entre los intérpretes, tanto en los pasos a dos como en la bulería final. Cuando la rutina se impone como algo inamovible: eso es discapacidad.
DIARIO DE JEREZ. "El flamenco para todos los sentidos".
El flamenco, como todas las artes, brota del sentimiento por lo que cualquiera puede disfrutar de ello. La propuesta de José Galán deja claro que nadie está impedido para sentir el cante y el baile. Los problemas físicos no impiden el desarrollo normal de una persona. De eso se encargó José Galán con su espectáculo ‘En mis cabales’. Un lujo poder apreciar la ilusión que algunos vuelcan sobre el flamenco, a pesar de sus condiciones vitales. A lo largo de la tarde pusieron sobre el escenario una propuesta admirable y muy directa. Hicieron referencia a artistas que sentaron precedentes como la Niña de la Puebla, Juana Valencia ‘La Sordita’, Loco Mateo y Enrique el Cojo entre otros. Lejos de la desesperación, la incapacidad física puede dar lugar a la motivación y superación del individuo. Quedó reflejado en el garrotín de Reyes o en la seguiriya de Helliot. El espectáculo, cargado de lenguaje no verbal y simbología, consiguió la unanimidad del público. Fue Manuel Molina el que, con sus cantes románticos y bohemios, puso la guinda al pastel. Una vez más queda claro que la ceguera o la sordera no son un inconveniente a la hora de sentir el flamenco. La reflexión causada por la compañía de Galán fue sorprendente, sobre todo por la labor de Reyes y Helliot, quienes provocaron la implicación del público desde primer momento.
Con capacidad diferente
DIARIO BAHÍA DE CÁDIZ "La visibilidad de artistas con capacidad diferente"
El público disfrutó mucho y valoró el gran trabajo realizado por Galán para dar visibilidad al baile flamenco y la danza contemporánea en manos de esos artistas. El prolongado aplauso del público, casi cinco minutos con el público puesto en pie, fue la muestra espontánea y sincera de que el baile flamenco con-capacidad diferente llegó al corazón de todos los presentes.